22 May 2024 - ¿Qué hacer?Autor: Gerardo Castañeda
Aunque parece contradictorio, muchas personas se enferman de gripa en los días más calurosos del año. A continuación, explicamos de manera sencilla por qué ocurre esto y cómo podemos mantenernos saludables.
Los cambios rápidos entre el calor exterior y el aire acondicionado frío pueden debilitar el sistema inmunológico. Nuestro cuerpo no se adapta rápidamente a estas variaciones, lo que aumenta nuestra vulnerabilidad a los virus.
El aire acondicionado, aunque refrescante, reseca el aire y nuestras vías respiratorias, facilitando la entrada de virus. Además, recircula gérmenes en espacios cerrados, aumentando el riesgo de contagio.
Durante las olas de calor, muchas personas buscan refugio en lugares cerrados como centros comerciales, cines y restaurantes. Estos espacios, frecuentemente abarrotados y con aire acondicionado, facilitan la propagación de virus.
El calor extremo provoca sudoración excesiva y, si no nos hidratamos adecuadamente, nuestro cuerpo puede deshidratarse. La deshidratación afecta el sistema inmunológico, aumentando el riesgo de infecciones.
Las altas temperaturas pueden alterar nuestras rutinas diarias. Es posible que comamos menos saludable y durmamos menos debido al calor, debilitando nuestras defensas y haciéndonos más susceptibles a enfermar.
Aunque pueda resultar paradójico, la llegada de días calurosos no implica necesariamente un respiro para nuestra salud. Por el contrario, diversas condiciones asociadas al aumento de las temperaturas pueden incrementar nuestra vulnerabilidad frente a enfermedades como la gripe. En esta guía, te explicaremos de manera sencilla por qué esto ocurre y te brindaremos recomendaciones prácticas para mantenernos saludables en los días más calurosos del año. Entender los factores que nos predisponen a enfermarnos en esta época nos permitirá tomar decisiones informadas para cuidar de nuestro bienestar.
Entender por qué nos enfermamos en días calurosos nos permite tomar medidas para mantenernos saludables. Evitar cambios bruscos de temperatura, hidratarnos adecuadamente, usar el aire acondicionado de manera moderada, y mantener una buena alimentación y descanso son claves para prevenir la gripa durante el verano.